Opinión


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Pese a las innovaciones y revoluciones…

César Estévez

29 Septiembre, 2015

La inclusión en todos los órdenes –educativo, laboral, social- de las personas en situación de discapacidad es todavía un espacio de incertidumbre en Chile. Se hacen cosas, se dan pasos, pero aún existe descoordinación. Falta quien vertebre y determine la hoja de ruta. Liderazgo. En ausencia, muchas cosas quedan en el tintero, deslavazadas. Un poco de allá y otro de acá…

Resolver esta situación sería la piedra de tope, el pistoletazo de salida o la apuesta definitiva de un país que aún se debate entre el querer y no poder. Porque voluntad existe, intentar se intenta y empujar se empuja. Con insistencia y hasta visceralidad. Pero pese a innovaciones y revoluciones, todavía son pocos los oídos. Se hace necesario que aquellos que escuchan dejen de hacerlo con el gesto torcido y activen acciones de política pública coordinadas. Que partan por reunir en una misma mesa a los distintos ministerios.

No se trata de desatención por convencimiento u oposición, sino más bien de oxidación relacionada con el miedo a poner en marcha y abordar lo que uno desconoce.

Varias son las instituciones y organizaciones aportando su granito de arena. Sin hacer saltar el tapete, pero con firmeza inquebrantable. Nosotros, como Centro de Inclusión, aportamos recursos desde nuestra singularidad, que no es otra que la creencia de que la tecnología contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas en situación de discapacidad.

En los últimos meses hemos puesto a disposición del público herramientas de inclusión gratuitas, que van desde las versiones accesibles de Papelucho y más recientemente de Los tres chanchitos en el circo, hasta el próximo estreno de El Principito y de un libro digital en lengua mapuche para contribuir a la conservación del mapudungun. Seguimos también estandarizando versiones en lengua de señas del popular Sueñaletras; Pakistán, Ecuador y Panamá vienen a completar las ocho disponibles.

En materia de políticas públicas hemos realizado estudios que ponen de manifiesto la cantidad de dinero que se malgasta en Programas de Integración Escolar (PIE) por errores en el diagnóstico de discapacidad Intelectual, lo que de nuevo evidencia la falta de coordinación entre las administraciones de Salud y Educación.

Como grupo, formamos parte de un ramillete de organizaciones de la sociedad civil que integran el movimiento YoincluYo; una suerte de plataforma que busca precisamente despertar los oídos y canalizar las necesidades, especialmente en materia de Educación, para la efectiva inclusión de los estudiantes con Necesidades Educativas Especiales (NEE).

Trabajamos en el convencimiento de que más temprano que tarde existirá un lugar en el que los oídos sean muchos y las miradas atentas. Un espacio en el que la inclusión se dé por supuesta y tenga que ver con la espontaneidad más que con el reclamo.

Sobre el autor

Licenciado en Derecho y Periodismo al otro lado del Atlántico

La inclusión es inclusión cuando realmente lo es y no sólo lo parece