Opinión

Hace unos tres años empecé a interesarme por la investigación formal de niños portadores de síndromes genéticos, esto quiere decir que quise ir más allá de la clínica y pasar al laboratorio para comprender cómo reciben y de qué forma procesan el mundo. Mi motivación ha sido trabajar desde la ciencia aplicada para encontrar soluciones que se puedan aplicar en campos como la educación o la estimulación cognitiva.

En ese momento pensé que encontraría montones de investigadores y de proyectos enfocados en estos temas y que el espacio de trabajo estaría casi limitado a replicar experimentos o experiencias hechos en otros países. Me equivoqué.

La verdad es que hay escasa investigación formal en temas de cognición y neuropsicología en estos niños. Eso si, hay montones de opiniones, de recursos pedagógicos que se ofertan en diferentes portales en Internet y montones de historias de casos específicos que manipulan a la par ilusión y medio.

Después trabajar dos años en el desarrollo de juegos con iPad que faciliten la evaluación de niños con Síndrome de Down, Síndrome de Williams y Síndrome X Frágil, evidenciamos un problema mayor: Nuestros niños latinos, particularmente aquellos con Síndrome de Down, no son unos lectores eficientes.

Así empezamos a cocinar nuestro proyecto FONDEF “Aprender a leer Jugando”, una propuesta que espera comprender qué es lo que se necesita para que un niño hispano-hablante con Síndrome de Down pueda leer. Desde ahí desarrollaremos un método para la estimulación de la competencia lectora. El método tiene nuestro sello CEDETi; está basado en un conjunto de Apps y su aplicación está sostenida por un aula tecnológica que ha sido donada gracias al programa de responsabilidad social de Samsung Chile.

Supone todo un desafío ya que no se trata de llevar el extendido “Método Global” a una App, es una aventura porque creemos que podemos llevar el Método Mixto a un nivel altamente funcional para estos niños. Pero sobre todo es una aventura porque estamos convencidos de que mejores lectores son mejores ciudadanos, es decir, sujetos de derecho más participes, con mayores y mejores posibilidades para lograr una vida independiente, y por lo tanto, con mayores posibilidades de impulsar la inclusión que les corresponde.