Opinión


César Estévez, encargado de comunicaciones

La fórmula César y Juan Carlos

8 Abril, 2016

Cerca de 400 asistentes,  profesores, directores y autoridades educativas en su mayoría, confirmaron en tan sólo 24 horas su participación en el Seminario Internacional Escuchar para Educar, que estamos organizando junto con la Facultad de Educación de la Universidad Católica, a través del Ceppe. Esta masiva participación viene a refrendar, una vez más, el interés de la comunidad en avanzar en temas relativos a la innovación pedagógica. La voluntad de que algo cambie.

En esta ocasión presentamos un seminario con dos voces de prestigio. Por un lado, César Bona, nominado en 2015 entre los cuarenta finalistas al Global Teacher Prize, lo que vendría a ser el equivalente al Premio Nobel de Educación; primera vez que un español se encuentra en esta lista. De otro lado, Juan Carlos Navarrete, director y profesor chileno de la escuela Karol Cardenal de Cracovia, recientemente considerada una de las cincuenta más innovadoras del mundo, precisamente por el diario El Mundo, de gran prestigio en España. Pero Juan Carlos es, por encima de cualquier otra cosa, el creador de un mundo de ilusiones. Mundo Karol es un oasis situado en la comuna Pedro Aguirre Cerda en el que los niños son parte protagonista y responsable del proceso de su propio aprendizaje, a través de instrumentos como el amornómetro o el SupermerKarol, que nos explicará en conferencia.

Llama la atención la similitud en el lineamiento de ambos. Tan alejados geográficamente a la hora de impartir docencia como cercanos en sus postulados. Impartir y postulados son, no obstante, palabras feas para referirse a estos maestros de la innovación en pedagogía cuya única fórmula mágica consiste en situar al niño en el centro de todo. Los dos profesores señalan que escuchar y ver al alumno es clave; atendiendo al propósito y particularidad de cada uno y, por supuesto, alejándose de los mecanismos estandarizados. Lo que resulta lógico en todo caso. Una misma educación para personas distintas, con tan diferentes objetivos, gustos y personalidades, no parece una apuesta ganadora para desarrollar competencias en el siglo veintiuno

Así que tenemos aforo completo de ilusiones de cambio, previsto para el próximo día 4 en el salón Irarrázaval de la Universidad Católica, Casa Central. Son modelos exitosos por su componente humano. Modelos cercanos que buscan aportar, siquiera algunas ideas, que puedan ser transferibles acá, en Chile. Como cualquiera lo es. Cualquiera que se aparte de la aglomeración de datos como elemento sine qua non. Todo lo contrario, en el desarrollo personal está la curiosidad académica. Hace falta replicar modelos y líderes de piel, al tiempo que es necesario desmarcarse de currículos y figuras académicas saturadas, de políticas públicas de papel. Mojado. Juegue, no va solo.

Sobre el autor

Licenciado en Derecho y Periodismo al otro lado del Atlántico

La inclusión es inclusión cuando realmente lo es y no sólo lo parece