Opinión


Rodrigo Arroyo, encargado de accesibilidad y tecnologías

El milagro de Marrakech y las revelaciones de conocimiento

Rodrigo Arroyo

15 Abril, 2016

Hace unos días fui al cine con mi hija. Luego de terminar la película, nos fuimos al estacionamiento, pagué el ticket de salida y me acerqué al auto con mi llave electrónica. El problema fue que la llave electrónica de mi auto no funcionó. Mi hija me dice: – ¿Qué pasa, papá? – No funciona la llave del auto, hija. – Ah!, pero busca en YouTube cómo se arregla poh!. – respondió al instante.

Mi hija de 6 años ya tiene una idea firme en la cabeza: si necesitas la respuesta a una pregunta, la respuesta está siempre en algún lugar de Internet.

Recuerdo que yo a una edad similar tuve una revelación parecida. Entré a una biblioteca y descubrí esa maravillosa exposición de conocimientos y saberes (algunos mas interesantes que otros). La clave, la llave a tal exposición de cultura, era tener una credencial de biblioteca. Recuerdo haberme preocupado de guardar con especial cuidado esa credencial porque de perderla, me perdía de la mayor colección de libros de mundo (o al menos eso creía en ese momento).

¿Por qué cuento todo esto? Porque pese a todos los avances tecnológicos y el tiempo que ha pasado desde mi epifanía bibliotecaria, había algo que aún no sabía. Según cifras de la Unión Nacional de Ciegos, menos del 5% de las publicaciones chilenas están disponibles en formatos accesibles para personas ciegas. El porcentaje baja del 1% cuando se trata de publicaciones del resto del mundo. ¿Por qué? Básicamente porque las bases legales del la Propiedad Intelectual establecían, hasta la fecha, que hacer copias adaptadas de un libro sin el consentimiento expreso de su autor era un delito..

Afortunadamente hay varios países que han introducido en su campo regulatorio excepciones a tal norma (Chile entre ellos). Este miércoles 20, la presidenta Michelle Bachelet firmará la ratificación del Tratado de Marrakech, que supone un cambio del paradigma mundial a la hora de comprender la propuesta intelectual, y que busca garantizar el acceso a la información por medio de excepciones al derecho de autor. Dicho de otro modo, es una llave que sienta el derecho de hacer adaptaciones de cualquier texto para el uso accesible por una persona con discapacidad, en todos los países firmantes de este tratado.

Volviendo a mi analogía, este tratado será la credencial de biblioteca accesible mas valiosa del mundo. Y esta columna es para celebrar tal acontecimiento.

Nosotros, como Centro de Desarrollo de Tecnologías de Inclusión hemos contribuimos al desarrollo de metodologías y software en formatos accesibles, que eliminen barreras. Ahora, con el milagro de Marrakech, podremos avanzar de mejor manera en soluciones tecnológicas de estas características. Por cierto, ¿les conté de robobraille?

Sobre el autor

Con un pie en los cerebros y otro en las máquinas de turing.

Si el saber no es un derecho, seguro será un izquierdo