¿Y qué hay de los que quieren y no pueden ir a votar?

Mucho se ha hablado de la alta abstención en la última elección del 14 de junio, que llegó al 80%.  Ciertamente que es una cifra preocupante, ya que una alta abstención siempre deja dudas respecto de la legitimidad de los procesos eleccionarios. Pero nuestra preocupación recae principalmente en las y los ciudadanos que no van a votar, no por elección, sino porque no pueden ejercer su derecho, a causa de su condición de discapacidad o falta de autonomía.

Si bien la Ley Nº 18.700 garantiza que todas y todos los ciudadanos con derecho a sufragio mayores de 18 años puedan votar, definiendo de manera explícita el voto asistido y las ayudas que el presidente de mesa puede brindar a las personas que lo necesiten, es muy importante que se genere conciencia tanto en los votantes como en sus familias, que dicha ley existe.

Sabemos que muchas personas con discapacidad o personas mayores con dificultades de movilidad, no pueden ejercer su derecho a ir a votar de manera autónoma, es por ello que es preciso que su entorno tome las medidas necesarias para que todas y todos los que lo deseen, puedan ejercer su derecho de manera libre y acompañada. Para no confundir en el futuro, abstención voluntaria con imposibilidad de ejercer un derecho.